Combatir la flatulencia
Combatir la flatulencia puede ver un dolor de cabeza para muchos. Las causas pueden ser diversas, como comer en exceso, comer demasiado rápido, el consumo excesivo de carbohidratos refinados o edulcorantes artificiales, las alergias e intolerancias alimentarias, la deficiencia de vitamina B, el consumo excesivo de alcohol, el estrés emocional y los parásitos.
Una de las causas más comunes puede ser la lactosa, presente en productos lácteos como la leche y el queso.
Aunque los gases pueden parecer embarazosos para algunas personas, son una parte natural del ciclo de la digestión. Todo el mundo lo hace, y es una señal de que el sistema digestivo de una persona está funcionando como debería.
De hecho, es esencial que el gas producido por el cuerpo sea liberado. Si no lo hace, puede acumularse y resultar muy incómodo. Las personas pueden esperar expulsar flatulencias entre 5 y 15 veces al día.
Esto puede parecer mucho, pero es totalmente normal. La mayoría de los pedos no huelen ni son ruidosos, por lo que pasan desapercibidos.
Muchas personas pueden tener la sensación de tener unos gases inusuales, pero probablemente se deba a que son más conscientes de sus pedos que de los de los demás. Lo normal es expulsar de 1 a 3 pintas de gas al día.
Para aquellos que tienen la sensación de tener excesivos gases, existen varias medidas para reducir las flatulencias, entre ellas varios alimentos.
La mayoría de las veces, cuando padeces un trastorno digestivo o aumento de la flatulencia, escucharás mucho sobre lo que no puedes comer pero nadie te dice lo que puedes comer.
Así que queríamos compartir contigo algunos alimentos sencillos que son fáciles para el estómago y que en realidad pueden ayudar a la digestión, lo que a su vez debería hacer que tengas menos gases.
Muchos otros alimentos saludables también pueden provocar gases, como la col, las judías, el brócoli, las coles de Bruselas, la cebolla, la coliflor, la harina integral, los rábanos, los plátanos y los albaricoques.
Por suerte, con algunos ajustes en nuestra elección de alimentos y en nuestros hábitos alimentarios, las posibilidades de sufrir este embarazoso mal pueden reducirse considerablemente o eliminarse.
No coma en exceso y mastique los alimentos lentamente. Intente identificar si es un determinado alimento el que causa el problema y elimínelo de su dieta.
Pruebe a masticar una ramita de perejil después de las comidas. Prueba a tomar zumo de limón o vinagre de sidra de manzana en el agua con la comida. También puede probar a sorber sus bebidas lentamente a través de una pajita en un esfuerzo por minimizar la cantidad de aire que ingiere al beber.
Los alimentos ricos en el complejo vitamínico B, especialmente B3 (niacina), como la carne ligera de pollo, el atún, el salmón, el pavo, la harina enriquecida, los cacahuetes y los cereales enriquecidos pueden ser útiles, ya que ayudan en el proceso digestivo y en la conversión de los alimentos en energía.
Los yogures con acidófilos y el aceite de menta en el agua que se toma con la comida también pueden ayudar en el proceso digestivo. Si el problema persiste, puede intentar comer proteínas y carbohidratos en diferentes comidas.
Además, las infusiones a base de menta e hinojo son útiles para la indigestión ocasional, sobre todo cuando hay flatulencia y sensación de plenitud.
Se ha demostrado que el jengibre favorece el flujo de los jugos digestivos, un proceso normal que favorece el sistema digestivo.
Quizás te pueda interesar este artículo:
